Hola me llamo Pepi y he venido desde Murcia.
Cuando me planteé participar en el campo URSO 2008 y compartir mi tiempo con otras personas (con y sin discapacidad) me ilusioné muchísimo, por un lado tenía muchas ganas de que llegara el momento y por otro estaba nerviosa porque me iba a encontrar con personas que no conocía y con las que iba a convivir y de las que iba aprende durante 15 días.
Durante estas dos semanas he aprendido muchísimo tanto personalmente como profesionalmente. He aprendido de mis compañeros que vinieron desde otras comunidades, de los participantes que viven de Osuna o alrededores, de los monitores, de los padres y de la organización; he aprendido tanto de las experiencias buenas que he tenido la oportunidad de vivir y disfrutar junto con mis compañeros y los participantes, como de las malas de las que saco mis propias conclusiones y de las que espero aprender.
En general, me quedo con el lado positivo de esta experiencia. Me quedo con los abrazos y besos de mi compañera Ana Belén, con las risas que hemos echado en las habitaciones, con todo lo que me ha aportado conocer gente maravillosa de otros lugares, con los bailes que nos hemos pegado, con los chistes, las canciones, los bañitos en la piscina a pleno sol sevillano, con la formación que hemos recibido, con las exposiciones de Milagros y Reme...
Agradezco muchísimo haber tenido la oportunidad conocer a todas estas personas, y de poder aprender algo muy valioso de cada una de ellas.
Atrás quedan los conflictos, las discusiones por la hora de llegada, por las salidas, la comida de la residencia, la descoordinación, desinformación..., que al fin y al cabo, aunque condicionen nuestra estancia y sean aspectos mejorables para próximos campos, no nublaran mi recuerdo.
Recomiendo a todas las personas que estén interesadas, que vivan la experiencia aunque sólo sea una vez en la vida, sin olvidar que a un campo de trabajo se viene a trabajar, a aprender, y a disfrutar de los participantes. Sin olvidar que cuando hablo de participantes incluyo tanto a las personas con discapacidad como a las personas que no lo son (aparentemente, pues todos somos discapaces en algún ámbito)
Sin más, deseo que juntos hagamos posible más pronto que tarde el principio de normalización e inclusión del que tanto hablamos.
Un beso y un abrazo muy grande a tod@s!!!
Cuando me planteé participar en el campo URSO 2008 y compartir mi tiempo con otras personas (con y sin discapacidad) me ilusioné muchísimo, por un lado tenía muchas ganas de que llegara el momento y por otro estaba nerviosa porque me iba a encontrar con personas que no conocía y con las que iba a convivir y de las que iba aprende durante 15 días.
Durante estas dos semanas he aprendido muchísimo tanto personalmente como profesionalmente. He aprendido de mis compañeros que vinieron desde otras comunidades, de los participantes que viven de Osuna o alrededores, de los monitores, de los padres y de la organización; he aprendido tanto de las experiencias buenas que he tenido la oportunidad de vivir y disfrutar junto con mis compañeros y los participantes, como de las malas de las que saco mis propias conclusiones y de las que espero aprender.
En general, me quedo con el lado positivo de esta experiencia. Me quedo con los abrazos y besos de mi compañera Ana Belén, con las risas que hemos echado en las habitaciones, con todo lo que me ha aportado conocer gente maravillosa de otros lugares, con los bailes que nos hemos pegado, con los chistes, las canciones, los bañitos en la piscina a pleno sol sevillano, con la formación que hemos recibido, con las exposiciones de Milagros y Reme...
Agradezco muchísimo haber tenido la oportunidad conocer a todas estas personas, y de poder aprender algo muy valioso de cada una de ellas.
Atrás quedan los conflictos, las discusiones por la hora de llegada, por las salidas, la comida de la residencia, la descoordinación, desinformación..., que al fin y al cabo, aunque condicionen nuestra estancia y sean aspectos mejorables para próximos campos, no nublaran mi recuerdo.
Recomiendo a todas las personas que estén interesadas, que vivan la experiencia aunque sólo sea una vez en la vida, sin olvidar que a un campo de trabajo se viene a trabajar, a aprender, y a disfrutar de los participantes. Sin olvidar que cuando hablo de participantes incluyo tanto a las personas con discapacidad como a las personas que no lo son (aparentemente, pues todos somos discapaces en algún ámbito)
Sin más, deseo que juntos hagamos posible más pronto que tarde el principio de normalización e inclusión del que tanto hablamos.
Un beso y un abrazo muy grande a tod@s!!!
1 comentario:
Me alegra que campos de este tipo se desarrollen. Seguid con esta bella labor.
Felipe.
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