jueves, 24 de julio de 2008

Memorias de una voluntaria


Hola a tod@s. Mi nombre es Lourdes, y os voy a contar un poco como nos va en esta experiencia. Cuando llegué a este campo de trabajo venía cargada de mucha ilusión y motivación, aunque también confieso que de mucho nerviosismo y miedo por no saber lo que me iba a encontrar. Tenía miedo de que a los chic@s no nos aceptaran bien, o que simplemente fueramos insignificantes para ellos, pero fue todo lo contrario, es increíble el cariño que te pueden aportar sin apenas conocerte, lo receptivos que están en todo momento y la cantidad de abrazos y gestos de cariño que nos demuestran. En ese sentido, ellos son nuestros voluntarios y nosotros las personas con discapacidad porque vivimos en un mundo en el que falta cariño por todos los rincones y ellos nos lo ofrecen sin esperar nada a cambio. Es un lujo levantarse cada mañana (por muy temprano que sea) para ir a bailar con ellos en el taller de danzaterapia sólo para ver el brillo de sus ojos , la expresión de su cara o la extensión de sus sonrisas.
Cuando llega la hora de ponernos manos a la obra con las manualidades me sorprende ver el arte que llevan por dentro, y que lo reflejen con cada una de las cosas que realizamos (collares, pulseras,...).
Ser voluntario significa muchas cosas, y te aporta mucho también. Es una experiencia que nos llena de satisfacción, de alegría, y que cada paso que se consiga, cada logro, o cada sonrisa que saquemos de una persona es motivo de celebración.
Y para terminar, animo a todos aquellos que lean este artículo a que sean voluntarios, porque ser voluntario no debería ser una opción, sino una obligación.

No hay comentarios: